domingo, 4 de abril de 2010
Ley de la silla
La ley sobre sillas (1915): Señaló la obligación de los empresarios de establecimientos comerciales, de mantener el número suficiente de asientos a disposición de los dependientes o empleados, así como promulgó también el derecho de los empleados al descanso, de al menos una hora y media para almorzar.
ley de Descanso Dominical
Seguro de obreros
El 5 de septiembre de 1924 un grupo de oficiales constituyeron el llamado Comité Militar. Los uniformados concurrieron a La Moneda a expresar su malestar a Alessandri, presentándole una serie de peticiones en relación al despacho de los proyectos de ley que permanecían pendientes, ante lo cual el Presidente se comprometió a buscar solución con la condicionante de que ellos volvieran a sus cuarteles.
Ante dicha presión, el Congreso Nacional aprobó en las sesiones del 8 al 9 de septiembre las iniciativas de corte social: jornada laboral de ocho horas, supresión del trabajo infantil, reglamentación del contrato colectivo, la ley de accidentes del trabajo y seguro obrero, legalización de los sindicatos, la ley de cooperativas y la creación de los tribunales de conciliación y arbitraje laboral; todas pospuestas anteriormente por ambas cámaras legislativas.
Sin embargo, el comité militar prefirió seguir funcionando, y le pidió a Alessandri que disolviera el Congreso. Tras este hecho, Alessandri, sumergido en una situación que ya no podía manejar, vio su poder en jaque y prefirió renunciar y autoexiliarse a Europa el 9 de septiembre. El Congreso, sin pronunciarse sobre la renuncia, se limitó concederle una autorización para ausentarse del país por seis meses, lo que hizo efectivo al día siguiente.
ley de contrato
El consentimiento o aceptación de los términos del trabajo, debe manifestarse por propuestas hechas por una de las partes del contrato de trabajo, dirigidas a la otra y aceptadas por ésta, se trate de ausentes o presentes.
Bastará, a los fines de la expresión del consentimiento, el enunciado de lo esencial del objeto de la contratación, quedando regido lo restante por lo que dispongan las leyes, los estatutos profesionales o las convenciones colectivas de trabajo, o lo que se conceptúe habitual en la actividad de que se trate, con relación al valor e importancia de los servicios comprometidos.
El contrato de trabajo debe tener por finalidad la prestación de una actividad personal, indeterminada o determinada. En este último caso, será conforme a la categoría profesional del trabajador si se la hubiese tenido en consideración al tiempo de celebrar el contrato o en el curso de la relación, de acuerdo a lo que prevean los estatutos profesionales y convenciones colectivas de trabajo.
Ley de Alcoholismo
Prohíbe la venta, obsequio o suministro de alcohol a menores de 18 años, a cualquier título y en cualquier local con patente de alcoholes.
Sanciones. prisión de 21 a 40 días y multa de 3 a 10 UTM. Si fuera el administrador o dueño del establecimiento el que proporciona alcohol al menor, la pena será prisión de 41 a 60 días, multa de 10 a 20 UTM y clausura temporal del establecimiento, por un período no superior a tres meses.
La segunda vez que se incurra en esa conducta, las penas serán de prisión, elevada en un grado; el doble de la multa aplicada la primera vez; y la clausura temporal hasta por tres meses, si no se hubiera clausurado la primera vez o la clausura definitiva si se hubiere aplicado clausura temporal. Podrá imponerse además la cancelación de la patente de alcoholes respectiva.
Publicidad (barras al costo y otras promociones). Sanciona la inducción a menores de edad al consumo de bebidas alcohólicas, sea directamente o por medio de publicidad.
PREVENCIÓN CONSUMO EXCESIVO. Dispone la enseñanza obligatoria, desde la educación parvularia, de programas educativos, orientados a la formación de vida saludable y al desarrollo de factores protectores contra el abuso del alcohol.
INGRESO DE MENORES A DISCOTECAS Y LOCALES NOCTURNOS. Prohíbe el ingreso de menores de 18 años a los cabarés; cantinas, bares y tabernas; y de menores de 16 años a discotecas
ley de salas cunas
La obligación del empleador para el mantenimiento de las salas cuna, comprende la de cuidar y conservar salas cuna en condiciones que permitan la permanencia, cuidado y atención de los menores de dos años como, asimismo, la de suministrar o proveer la alimentación que los menores requieren mientras permanecen en esos establecimientos. 2)Por el contrario, el empleador no está obligado a pagar los gastos de los útiles de trabajo y de los útiles de aseo, utilizados por los menores de dos años que son llevados por la madre trabajadora a una sala cuna, salvo que las partes así lo hayan pactado expresa o tácitamente.
Codigo Sanitario
Desde comienzos del siglo XX, una destacada falange de médicos académicos de la Universidad de Chile, entroncados en los niveles superiores del Ejecutivo, parlamento y administración pública, forjaron una política de Estado para crear una legislación sanitaria y médico-social para solucionar los graves problemas de la salud del pueblo chileno. A diferencia del desarrollo científico de la Medicina chilena, dominada por la influencia extranjera y del desarrollo del positivismo de la medicina europea, la formación del Estado benefactor en la Medicina social fue una obra nacional original de las grandes personalidades médicas chilenas en la primera mitad del siglo XX.
Su apoyo fue vital para que Alejandro del Río Soto Aguilar (1867-193 9), profesor de Bacteriología e Higiene (1895), pudiera liderar el desarrollo de una política sanitaria estatal desde la presidencia del Instituto de Higiene y su Cátedra en la Facultad. Fundó la Asistencia Pública de Santiago en 1911, presidió la Sociedad Médica en 1910 y fue nombrado como el primer ministro de Higiene y Previsión Social en 1924, cuando Gregorio Amunátegui creó dicho Ministerio.
La necesidad de crear una legislación sanitaria formal, mediante un Código que permitiera a los médicos tener poder directo para aplicar las políticas de salud, se discutía en el Consejo de Higiene desde 1902. Después de largas discusiones en el Parlamento, por iniciativa del médico, diputado radical y ministro Dr. Ramón Corbalán Melgarejo (1863-1935), fue promulgado el primer Código Sanitario chileno, el 22 de mayo de 1918, por el presidente Sanfuentes y su ministro del interior Arturo Alessandri Palma. El Dr. Corbalán dirigió la nueva Dirección de Sanidad (1918-1925), que debió enfrentar ese año 1918 la gran epidemia de tifus.
Habitaciones Obreras
Seis leyes y dos decretos, promulgados entre 1906 y 1917, pueden ser considerados el antecedente inmediato del futuro sistema de relaciones laborales y que se consagra formalmente en 1924.
En 1906 se aprueba la ley de habitaciones obreras, proyecto presentado originariamente por el Diputado Manuel Rivas Vicuña, y que buscaba mejorar las condiciones higiénicas de las habitaciones a través de la creación de un Consejo de Habitaciones Obreras. Entre sus facultades estaba el promover la construcción de viviendas baratas e higiénicas para los obreros, fijar las normas de construcción y fomentar la formación de sociedades encargadas de construirlas, entre otros aspectos.
Esta ley significó que el Consejo de Habitaciones demoliera durante su existencia cerca de 15.000 viviendas declaradas como insalubres, aunque no tuvo el mismo éxito en el fomento de su construcción
Origenes de la Legislación Laboral
Las transformaciones del mundo laboral estuvieron marcadas por permanentes conflictos que dieron lugar a sostenidos movimientos sociales. Poco a poco, los trabajadores fueron logrando una legislación social que permitió mejorar sus paupérrimas condiciones de trabajo. Es así como, desde 1907 en adelante, lentamente se va promulgando una legislación social: el descanso dominical, los días feriados, la silla para empleados y obreros del comercio, salas cunas en los establecimientos industriales. Sin embargo, las demandas de los trabajadores apuntaban a una completa legislación que regulara claramente el contrato de trabajo, los protegiera en caso de enfermedades o accidentes laborales, permitiera la organización sindical y la huelga legal con sus respectivos mecanismos de solución del conflicto.
Al comenzar la década de 1920, la candidatura de Arturo Alessandri Palma alentó las esperanzas de los trabajadores al manifestarse, en su campaña, a favor de promulgar una legislación social que armonizara las relaciones entre el capital y el trabajo como estaba sucediendo en Europa y Estados Unidos. Sin embargo, durante su gobierno los parlamentarios se mostraron más preocupados de legislar una ley que aumentaba su dieta parlamentaria que las leyes laborales. La situación resultó intolerable para la oficialidad del Ejército, la cual se manifestó con fuerza en el Parlamento el 8 de septiembre de 1924, exigiendo la aprobación de dieciseis leyes, entre ellas importantes leyes laborales.
Después de los convulsionados sucesos políticos que llevaron al poder al general Carlos Ibáñez del Campo en 1927, comenzó la aplicación de la nueva legislación laboral. La gran diversidad de leyes laborales, reglamentos y decretos relacionados con su aplicación, hizo necesaria la dictación de un solo cuerpo legal para facilitar su estudio, divulgación y aplicación. Es así como, el 6 de febrero de 1931, fue aprobado en el Congreso Nacional el Código del Trabajo refundiendo en un solo texto catorce leyes y decretos leyes relacionados con el mundo del trabajo.
sábado, 3 de abril de 2010
Gobierno de Arturo Alessandri
Alessandri se presentó a las elecciones presidenciales de 1920, en las que, apoyado por la Alianza Liberal, derrotó por escaso margen a Luis Barros Borgoño, quien era el candidato de la Unión Nacional, de tendencia conservadora.
En su programa de gobierno, Alessandri proponía la laicización de las instituciones, una legislación social y un código del trabajo, para cumplir con las necesidades del proletariado.
En el tema económico, quería fijar un impuesto a la renta y crear el Banco Central y, en el aspecto político, deseaba fortalecer el poder presidencial.
A pesar de sus intenciones, Alessandri debió enfrentar numerosos problemas que le impidieron cumplir con su programa de gobierno cuando asumió la presidencia del país. El bajo precio del salitre en el mercado internacional provocó el cierre de algunas oficinas salitreras, incrementando la cesantía. Esto se agravó con los incidentes del 14 de febrero de 1921, en que se produjo una huelga en la oficina salitrera San Gregorio, que acabó con la vida de 73 personas y cuya responsabilidad fue atribuida al gobierno. Además, no sería un caso aislado, ya que para controlar otros movimientos similares, el gobierno tuvo que recurrir a la fuerza, distanciándose, de esta manera, de los sectores populares.
Asimismo, las iniciativas legales propuestas por el Ejecutivo eran tenazmente resistidas por la oposición política, trabando su esperada aplicación. Se llegó así a 1924 sin grandes avances y en un serio clima de agitación social.
El 3 de septiembre de 1924, el Senado sesionó para legislar sobre la dieta parlamentaria, es decir, pagarle un sueldo a los diputados y senadores. Como varios proyectos sociales y otros relacionados con las Fuerzas Armadas estaban estancados, un grupo de oficiales militares manifestó su rechazo en esa sesión haciendo sonar sus sables.
Alessandri aprovechó la intimidación para que el Legislativo aprobara las iniciativas, como la limitación de la jornada laboral a ocho horas diarias.
Sin embargo, el Comité Militar, constituido después de la protesta, siguió funcionando, por lo cual Alessandri renunció, aunque solo aceptaron que saliera del país por seis meses. Luego, los militares formaron una junta de gobierno presidida por el general de Ejército Luis Altamirano (11 de septiembre de 1924) y disolvieron el Congreso.
El estancamiento no mejoró con la junta de gobierno y se propuso el retorno del presidente Alessandri al país, a pesar de que sus opositores levantaron la candidatura del político unionista Ladislao Errázuriz.
El 23 de enero de 1925, el coronel de Ejército Carlos Ibáñez del Campo, junto a un grupo de militares, derrocó a la junta, sustituyéndola por una de tipo cívico-militar presidida por Emilio Bello Codesido y que autorizó el regreso de Alessandri.
A su vuelta, se redactó una nueva Constitución, la que fue aprobada por un plebiscito el 30 de agosto de 1925. Este cuerpo legal estableció, en lo fundamental, un régimen de gobierno presidencialista elegido mediante votación directa, la separación de la Iglesia y del Estado y la creación del Tribunal Calificador de Elecciones, que supervisara los comicios de parlamentarios y del presidente de la República.
Debido a que la inestabilidad del país se mantenía y a los continuos roces con su ministro de Guerra, Carlos Ibáñez del Campo, Alessandri decidió renunciar a su cargo para evitar un quiebre institucional. Sin embargo, antes de hacerlo y para no dejar que Ibáñez lo reemplazara como vicepresidente de la República debido a que era el único ministro en funciones, Alessandri nombró como ministro del Interior a su anterior contendor electoral, Luis Barros Borgoño, en octubre de 1925. Sin embargo, cuando Barros Borgoño asumió la vicepresidencia, se vio obligado a mantener a Ibáñez como ministro.
Auge y Decadencia del Salitre
En la década de 1880, Chile triunfó en la Guerra del Pacífico e incorporó a su territorio las provincias de Tarapacá y Antofagasta. En ellas se encontraba el desierto de Atacama, una de cuyas riquezas mineras, el salitre, haría del país el principal productor mundial de ese abono natural. En la pampa, se encontraban yacimientos de enorme extensión, una elevada ley del mineral y de relativa accesibilidad, que le dieron al país un monopolio natural por cuatro décadas.
Los primeros antecedentes de la explotación del salitre se remontan al mundo colonial, en el que los españoles lo emplearon para fabricar pólvora. Al iniciarse el siglo XIX, el salitre tarapaqueño comenzó a ser conocido en Europa por sus bondades agrícolas (fertilizantes) e industriales (pólvora). Al mismo tiempo, exploradores y empresarios chilenos descubrían y echaban andar la explotación del salitre en el salar del Carmen, a 20 kilómetros de la futura Antofagasta, a través de la Compañía de Salitre y Ferrocarril de Antofagasta S.A.
En posesión de los territorios, el gobierno chileno resolvió dejar en manos privadas la explotación del salitre, pero el Estado aplicó un elevado impuesto de exportación que le reportaba enormes recursos. Los empresarios favorecidos por la “reprivatización” de las oficinas salitreras, fueron mayoritariamente ingleses, entre los que destacó John Thomas North, llamado en la época el "Rey del Salitre", como demostración del dominio británico sobre el salitre en Chile.
La explotación del salitre se caracterizó por su orientación pre-moderna basada en unidades productivas dispersas y de baja tecnología; asimismo la técnica de elaboración del salitre, fue variando hasta que se consolidó un sistema llamado Shanks. Sólo a fines de los años veinte surgió una modernización de la industria con el sistema Guggenheim en las oficinas de las salitreras María Elena y Pedro de Valdivia.
Una de las consecuencias de este particular sistema productivo fue la formación de numerosos centros poblados en la pampa salitrera y en los puertos vecinos, así como también la instalación de una extensa red de ferrocarriles. Igualmente, el crecimiento de la población radicada en las localidades y oficinas del interior y en puertos y caletas de la costa, se produjo rápidamente, a causa de la migración de hombres y mujeres al norte grande en busca de oportunidades de progreso.
Vista la comercialización del salitre en forma dinámica, se observa un proceso de expansión progresiva de la producción hasta fines de la Primera Guerra Mundial: de 500 mil toneladas, en la década de 1880, se llega durante los años del conflicto bélico a bordear los 3 millones de toneladas de producción anual. Concluida la guerra, comenzó la crisis de la industria salitrera producto de la competencia del salitre sintético, que obligó a una fuerte campaña publicitaria del salitre natural. Sin embargo, no impidió que disminuyera la producción salitrera a un promedio de un millón y medio de toneladas anuales entre los años 1920-1927, para volver a alcanzar elevadas cifras en 1928-1929 y caer violentamente en la crisis de los años treinta.
El auge del salitre y el desarrollo económico y social del país estuvieron asociados desde fines del siglo XIX y comienzos del XX, manifestándose en la expansión del comercio, la industria, la agricultura y el aparato estatal. Asimismo, contribuyó al surgimiento de un proletariado industrial y una incipiente clase media. En definitiva, fue la base para un conjunto de transformaciones sociales y políticas que cambiarían el país en el siglo XX.
El Salitre
Explotado desde tiempos inmemoriales por los pueblos precolombinos de la zona y empleado por los españoles en la fabricación de la pólvora, el salitre comenzó a exportarse a Europa con fines industriales y agrícolas hacia 1830.
En sus comienzos el único centro productor de salitre fue Tarapacá y casi todos los embarques se verificaban directamente por Pisagua Vieja y por el puerto de Iquique, a la sazón caserío de unos 1.000 habitantes.
Hacia 1872 la Compañía Chilena de Consignaciones, el Banco de Edwards y cuatro casas mas de Valparaíso habían prestado a los industriales salitreros de Tarapacá mas de $4.000.000. Los brazos que los trabajaban eran casi en su totalidad chilenos hasta el punto de que al estallar la guerra de 1.879 sumaban mas de ochenta por ciento. En 1.870-72 existían 18 oficinas modernas.
Los descubrimientos de salitre en el futuro asiento de la ciudad de Antofagasta, llevados a cabo por don José Santos Ossa, dieron lugar a la formación de la Compañía de Salitre de Antofagasta, que iniciaba sus exportaciones el 1° de Mayo de 1872.
José Santos Ossa descubrió aquel salitre en 1.886, y asociado con Francisco Puelma obtuvo luego del gobierno de Bolivia el correspondiente privilegio y concesión para la Compañía de Salitre y ferrocarril de Antofagasta.
Luego, en 1879, se desataría la Guerra del Pacífico debido a que Perú y Bolivia reclamaban para si los territorios donde Chile explotaba el salitre.
Problemas Políticos a comienzos del siglo XX
En la economía el principal
recurso que explotaba nuestro país era el salitre
cuyos yacimientos se encuentran en los
territorios del norte, obtenidos producto de la
guerra del Pacífico y que significaba una fuerte
entrada de dinero a Chile por concepto de
impuestos aduaneros. Por su parte la agricultura
seguía funcionando sin grandes
transformaciones desde la colonia, o sea con
pocos o casi nulos avances tecnológicos y
mejoras sociales. En cuanto a la industria, esta
estaba dando importantes avances en la
mecanización de ciertos productos de acero
como también de alimentos.
Por otro lado, una de las grandes
transformaciones que se fueron suscitando a
comienzos del siglo XX se observaron en el
ámbito social. Se aprecia un fuerte crecimiento
de los sectores medios donde se verán
representados tanto comerciantes, profesionales
y militares. Sin embargo también se aprecian
fuertes desigualdades hacia los sectores
populares, quienes no obtenían beneficios de
la bonanza del salitre, por el contrario, sus
condiciones de vida fueron empeorando cada
vez más. Esto provocó, por un lado que los
obreros industriales y mineros se organizaran
en sindicatos y otras organizaciones para exigir
con mayor fuerza sus demandas, y por otro, se
produjeron una serie de movilizaciones, huelgas
y protestas que culminaron en muchos casos
con derramamiento de sangre. A eso se suma
una fuerte migración hacia las ciudades, las que
no contaban con la infraestructura para albergar
grandes cantidades de personas generando
hacinamiento e insalubridad.
Otro punto importante de mencionar
es la modernización de los servicios urbanos,
producida por el afán de progreso y crecimiento
de las ciudades y reflejada, fundamentalmente,
en la construcción de centrales hidroeléctricas
que permitieron la instalación de nuevo
alumbrado público y tranvías.
Huelgas más significativas de este período
1901 Huelga de la Mancomunal de Iquique.
1902 Huelga de funcionarios de tranvías en
Santiago. Paralización de los obreros
de Lota.
1903 Huelga de trabajadores portuarios en
Valparaíso. La represión provocó 50
muertos.
1905 Huelga de la carne (Santiago). Sube
el costo de la vida producto del alza
de impuestos a la carne importada de
Argentina. Se calcula alrededor de 70
muertos y 300 heridos.
1906 Huelga de los obreros del puerto y
salitreros por mejoras salariales.
1907 Una de las más significas y
representativas del período. Obreros,
con sus esposas e hijos, de distintas
oficinas salitreras se congregan en
Iquique y son albergados en la Escuela
Santa María. Demandaban una serie
de mejoras salariales, de seguridad
laboral y social. Se habla de casi 2000
muertos.
Las Primeras Huelgas
La propaganda realizada por sus diversas publicaciones, en donde denuncian los abusos del capitalismo y las míseras condiciones de vida de las multitudes laboriosas; la constitución de sus primeras organizaciones de lucha, y la presentación de coyunturas especiales, de carácter económico, provocan las primeras huelgas violentas y las anexas represiones de las autoridades, de nuestra historia social.
Desde fines del siglo XIX, en 1898, se desatan grandes huelgas. Se inician en Iquique, llegan a Santiago y afectan a diversos puertos. De estas huelgas, alcanzan caracteres extraordinarios la de diciembre de 1901 y enero de 1902, en Iquique, dirigida por la Combinación Mancomunal de Obreros de Iquique. Durante 60 días se mantuvieron firmes los distintos gremios del puerto, a pesar de la prisión de Abdón Díaz, presidente de la Mancomunal, y de diversas medidas ensayadas para romperla. Más tarde se suceden huelgas continuas en Antofagasta, Lota (mayo 1902), Valparaíso (agosto 1902), Santiago (en abril de 1902, en la Empresa de Tracción Eléctrica, con mítines, desfiles, sablazos y heridos), Tocopilla (en diciembre y enero de 1903, los lancheros permanecen paralizados más de 30 días). El 28 de enero de 1903 estalló una huelga general en la región carbonífera, dirigida por la Federación de Trabajadores de Lota y Coronel, que duró 43 días. Fuerzas militares y marinería del "Zenteno" provocaron diversos muertos y heridos.
Las aspiraciones de los obreros quedan condensadas en un petitorio digno de conocerse:
"Reunidos en Comité los representantes de las Oficinas participantes, plantean el siguiente acuerdo:
1) Aceptar que, mientras se supriman las fichas y se emita dinero sencillo, cada oficina, representada y suscrita por su gerente respectivo, reciba las fichas de otra oficina y de ella misma a la par, pagando una multa de cinco mil pesos, siempre que se niegue a recibir las fichas a la par.
2) Pago de los jornales a razón de un cambio fijo de dieciocho peniques (18 d).
3) Libertad de comercio en las Oficinas en forma amplia y absoluta.
4) Cerramiento general con reja de hierro de todos los cachuchos y achulladores de las Oficinas Salitreras, so pena de cinco a diez mil pesos de indemnización a cada obrero que se malogre a consecuencia de no haberse cumplido esta obligación.
5) En cada Oficina habrá una balanza y una vara al lado afuera de la pulpería y tienda para confrontar pesos y medidas.
6) Conceder local gratuito para fundar escuelas nocturnas para obreros, siempre que algunos de ellos lo pidan para tal objeto.
7) Que el administrador no pueda arrojar a la rampla el caliche decomisado y aprovecharlo después en los cachuchos.
8) Que el administrador ni ningún empleado de la Oficina pueden despedir a los obreros que han tomado parte en el presente movimiento, ni a los jefes sin un desahucio de dos o tres meses, o una indemnización en cambio de trescientos o quinientos pesos.
9) Que en el futuro sea obligatorio para obreros y patrones un desahucio de quince días cuando se ponga término al trabajo.
10) Este acuerdo, una vez aceptado, se reducirá a escritura pública y será firmado por los patrones y por los representantes que designen los obreros.
Iquique, 16 de diciembre de 1907. Briggs y demás, delegados de las Oficinas".
El Origen de la Cuestion Social
Factores económicos y sociales iban a provocar en Chile, después de la Guerra del Pacífico, problemas que hasta entonces no había encarado: el aumento de la población, el desarrollo industrial y la incorporación de la provincia de Tarapacá a la soberanía nacional y con ella el monopolio de la industria salitrera, daría origen a cuestiones llamadas a modificar profundamente la estructura social. No escapó al interés de los pensadores y los sociólogos estudiar las causas que contribuían a mantener vivos factores de descomposición y descontento, y uno de los primeros en abordarlo fue Augusto Orrego Luco, quien en unos artículos en el diario LA PATRIA de Valparaíso, en 1884, señaló las causas de la formación del proletariado, entre las cuales veía sólo la consecuencia del inquilinaje de nuestros campos y la emigración campo- ciudad.
la Cuestión Social
Se denominó así al conjunto de problemas sociales y materiales que afectaron a los sectores más pobres de la población.
Estos surgieron de las transformaciones que vivió Chile al pasar por un período de gran auge económico. Así, el incremento de las actividades industriales y mineras produjo una mayor capacidad de absorción de mano de obra en las ciudades y en los centros mineros.
Esto motivó la migración desde el campo a la ciudad y, también, del campo a los poblados mineros del Norte y del Sur. Esta población, el proletariado obrero, se instalaría a vivir en arrabales y conventillos, en los que no existían las mínimas condiciones para vivir.
Aparecerían, también, nuevas organizaciones de trabajadores y se instalaría en el país la preocupación por las condiciones de vida de los sectores populares.
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